Cierre del telón

¡Holaa blogueros! 

Hoy vengo algo triste, ya que es la última entrada antes de que se cierre el telón, y por eso me gustaría reflexionar con vosotros lo que ha significado para mí compartir todas las ideas que tenía. Cada entrada ha sido una escena, una coreografía que he montado con esfuerzo, pasión y ganas.

EL ARTE DE ENSEÑAR

Como afirma Donald Schön (1983), la enseñanza no puede verse solo desde la perspectiva técnica, sino como un proceso en el que el educador reflexiona sobre la acción, y desarrolla una comprensión profunda de su práctica. Este blog ha sido para mí eso, un espacio de reflexión en la acción, una manera de consolidar lo aprendido conectándolo con experiencias reales, con el arte y con el movimiento.


Además, con mi blog he tratado de aplicar el enfoque del aprendizaje significativo de Ausubel (1963), quien aseguraba que para que el aprendizaje sea duradero debe conectarse con los conocimientos previos y tener sentido. Por eso, cada una de las temáticas del blog ha sido abordada no solo desde la teoría, sino desde cómo se vive, cómo se siente y cómo se traduce en el aula.

He intentado que en todas mis escenas se reflejara la importancia de una educación integral donde los alumnos sean los propios protagonistas. Porque lo que hace que una obra sea recordada es, además de la técnica, la emoción que le ponen los personajes y el vínculo que se crea con el público.

                                                                  UNA OBRA EN ACTOS

A lo largo de está función hemos pasado por distintas escenas.

Empezamos comparando las primeras escuelas La Academia y el Liceo con las actuales, estas seguían un ritmo y unas coreografías muy distintas, unas más libres con posibilidad de dialogar, y otras mucho más rígidas y repetitivas.

Luego os dejé adentraros un poco en mi comunidad de práctica más importante y os mostré como era mi aprendizaje allí dentro.

En otra escena analizamos las Situaciones de Aprendizaje de la LOMLOE que hacen que la escuela se convierta en un escenario vivo y hace que los alumnos sean los protagonistas de su propia coreografía transformando los pasos y trasladándolos al mundo real.

También dimos un paseo entre bambalinas del Proyecto Educativo de mi antiguo centro, donde pude comprender que es el alma y la base fundamental de una gran función. Y entendimos que, al igual que una actriz o un bailarín se adaptan a las circunstancias, la educación necesita flexibilidad y no debe tener una estructura cerrada. Pero para que esto sea posible es necesario tener una base sólida, el Proyecto Educativo de cualquier centro. Esta entrada me permitió comprobar también que al igual que un coreógrafo se asegura de que cada movimiento esté coordinado y vaya al compás de la música, el docente debe crear un ambiente donde cada alumno pueda encontrar su propio ritmo de aprendizaje.

Más adelante, hablamos sobre el storytelling, donde entendimos que lo que perdura en la memoria son los contenidos que atraviesan los sentidos aquellos que causan emoción y que llevan detrás una gran historia.

Y por último, en la entrada más reciente, reflexionamos sobre la importancia de parar en este mundo en el que vivimos conocido como "la sociedad del cansancio" y "la modernidad líquida".

 

SE APAGAN LOS FOCOS... PERO SIGUE EL RITMO

Ahora que se apagan las luces del escenario y se cierra el telón me doy cuenta de todo lo que he aprendido escribiendo este blog. Me ha permitido conectar la teoría con la práctica, ver los contenidos desde otro punto de vista y llevarlos a mi terreno, a mis experiencias y conectarlo con aquellas cosas que me interesan y que me apasionan. También he podido enriquecerme con vuestros comentarios y opiniones, y expresar mis ideas de una manera libre sin el miedo a ser juzgada.

Ojalá pueda continuar escribiendo escenas, hacer nuevos bailes, conectarlos con nuevas ideas… 

A pesar de que el telón de esta obra se cierre hoy, las reflexiones sobre los temas educativos o cualquier otro tema que me llame la atención seguirán presentes tras el telón. Por lo que esto no es el cierre del teatro, únicamente es el cierre de un telón que volverá a abrirse muy pronto con otra nueva obra.

Gracias por haber formado parte de esta primera obra, por leerme y por reflexionar junto a mi. Estoy segura de que este telón se volverá a abrir con una nueva obra cargada de emoción.

Hasta entonces... nos vemos entre el público.

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