Escena 2: De la última fila a la primera

¡¡Hola blogueros!! 

En la entrada de hoy me gustaría contaros como el baile me ha permitido vivir en primera persona lo que contaban Jane Lave y Étienne Wenger sobre las comunidades de práctica, donde el conocimiento se construye a través de la interacción y la experiencia compartida. 

Según la teoría de las comunidades de práctica de Jane Lave y Étienne Wenger (1991) aprender significa adquirir conocimientos y habilidades, se basa en pasar de ser un novato a un experto en una comunidad gracias al conocimiento que otras personas te dan. Es pasar de querer ser como los miembros de una comunidad a ser como ellos, pasando por una experiencia de transformación que va más allá de lo meramente cognitivo, no es solo un proceso de asimilación, sino también de transformación mutua entre individuo y comunidad. Este proceso de aprendizaje debe ser participativo, al mismo tiempo que la persona se adapta a la comunidad, esta afecta a dicha comunidad, transformándola a la vez que la refuerza. Cuanto mayor sea su participación mayor será su aprendizaje. 

El aprendizaje es un proceso bidireccional: los individuos se adaptan a la comunidad, pero también la modifican. 

Lave y Wenger identificaron cinco casos de estudio donde la práctica es el eje central del aprendizaje: parteras en Yucatán, sastres en África, marines en EE.UU., carniceros y Alcohólicos Anónimos. En todos ellos, el aprendizaje ocurre mediante la interacción con expertos, la experiencia directa y la integración en la cultura y valores de la comunidad. 

MI COMUNIDAD DE BAILE

Una de mis comunidades de práctica, como os he comentado antes, es el baile, cuando empecé hace siete años no sabía que la interacción con los demás bailarines iba a ser esencial para mi progreso. 

En mi primer año me limitaba a observar e imitar a mi profesora, a ir a clase y seguir los pasos que ella me marcaba. 

Poco a poco fui integrando las normas de esta comunidad (como ir vestida de negro, descalza y respetar y ayudar al resto de compañeras) y sus valores. Con el paso del tiempo he ido adquiriendo nuevas habilidades y destrezas de la danza contemporánea, pero además, estos aprendizajes me han permitido aportar ideas y convertirme en una parte activa de la comunidad, aportando mi propio estilo. He podido ir subiendo de nivel lo que me ha hecho aprender del resto de mis compañeros más avanzados y enseñar y dejar que aprendiesen de mi compañeros de menor nivel, aportando mi contribución personal. 

Por ejemplo, al principio me colocaba siempre en última fila porque no sabía nada, pero con el paso del tiempo y la práctica fui ganando confianza y me fueron poniendo en primera fila. 

A lo largo de los años la comunidad de baile a la que pertenezco se ha transformado y evolucionado y yo he influido en ello. 

UN HIMNO

Al acabar cada festival, nos reunimos y cantamos Que bonita la vida de Dani Martín. Esta canción se ha convertido en algo más para nosotros, se ha convertido en nuestro himno, y nos une de una manera muy fuerte como comunidad. 

Si quieres sentir un poco de lo que sentimos nosotros al escucharla en cada momento especial, aquí puedes escuchar el himno de mi comunidad mientras sigues leyendo: https://www.youtube.com/watch?v=XBuYmneAQ28

          

Según el pensamiento de Lave y Wenger (1991) cuanto mayor sea la participación en una comunidad, mayor será el aprendizaje. 

En mi comunidad mi ilusión por asistir a todas las clases, festivales y ayudar a mis compañeros ha reforzado ese aprendizaje. Además, poco a poco los alumnos hemos generado un vínculo que va más allá de las clases de baile, lo que nos ha llevado a vernos fuera de la escuela y compartir experiencias que han reforzado nuestra conexión, lo que ha influido de manera positiva en los ensayos y en la realización de la coreografía. 

Por el ejemplo, en varias ocasiones, fuera de las clases establecidas, quedamos por nuestra cuenta fuera del horario para ensayar, lo que nos ayudaba también a reforzar esos vínculos como grupo y comunidad, a apoyarnos y retroalimentarnos mutuamente, ya que en esos ensayos no estaba la profesora. Estas ocasiones, además me han permitido aprender de mis compañeras y de su forma de resolver los problemas que nos surgían o de como volver a empezar si nos equivocábamos, porque como dice Wenger (1998), el aprendizaje es tanto un proceso individual como social: "Se trata de convertirse en una persona diferente mediante la participación en una práctica comunitaria”.

CINE

Hace poco, vi una película que reflejaba muy bien la idea de pasar de ser un novato a ser un experto en una comunidad de aprendizaje la película es Billy Eliot. El empieza sin conocimientos técnicos y sin tener una comunidad donde se vea reflejada su pasión. Sin embargo, a través de la práctica y las prácticas que va encontrando pasa de QUERER ser un bailarín a SER uno de verdad.

Me sentí muy reflejada con el protagonista, ya que al igual que él, también he comprobado cómo el aprendizaje ocurre en comunidad, a través de compartir, observar, equivocarse...hasta que un día dejas de imitar pasos y comienzas a bailar con tu propio estilo.

Es increíble como se crea un vínculo tan fuerte con personas que, al principio, eran completas desconocidas, y ver como un lugar nuevo se convierte en un hogar.

Gracias a esta comunidad he aprendido a bailar, a tener una disciplina, una mayor confianza y a establecer nuevos vínculos con otras personas. Dentro de ella he pasado de ser una novata a formar una parte esencial del grupo y crecer como persona. Y creo que la escuela debería parecerse más a esto, a una comunidad donde se aprende bailando con otros y creciendo en comunidad.

Y vosotros blogueros ¿Cuál es vuestra comunidad de aprendizaje? 

Nos vemos en la siguiente escena. ¡Hasta la próxima!

Bibliografía:

Lave, J., & Wenger, E. (1991). Situated learning: Legitimate peripheral participation. Cambridge University Press.

Wenger, E. (1998). Communities of practice: Learning, meaning, and identity. Cambridge University Press.